3 jun 2009

Por una Unión Europea anticapitalista

Los países integrantes de la Unión Europea se preparan para elegir al nuevo parlamento de la comunidad y se predice una enorme abstención. Será quizás porque la UE está cada vez más alejada del pueblo y de las organizaciones que lo representan?
Pero cuál ha sido el desarrollo de estos países y sobre todo de los del ex campo socialista que la integran?
Las condiciones laborales se han ido deteriorando, siendo moneda corriente la inseguridad y los contratos temporales; como consecuencia, las condiciones de stress pasaron del 32% en 1991, al 44% en el 2005.
La UE impuso un tope en el presupuesto público que redundó en un desmejoramiento en áreas como salud, vivienda, educación, pensiones y demás sectores de protección social. En resumen, deterioro progresivo del llamado ”estado de bienestar social”, que favorecía fundamentalmente a las clases populares, y que se agravó aún más con las privatizaciones. Por el contrario, la tasa de crecimiento de las necesidades sociales ha ido en aumento.
La cobertura de los beneficios laborales y de los seguros de enfermedad, desempleo y discapacidad disminuyó; situación que es mucho más notoria en los países con gobiernos liberales o conservadores, como es el caso de Suecia. Las rentas que generan los salarios y el número de asalariados descendió, pese a que la cantidad de contratos es mayor, pasando de un 68% en 1975 a un 58% en el 2005, por la congelación de los salarios.
Al mismo tiempo, los beneficios de las grandes empresas en la zona euro, aumentaron entre 1999 y el 2006, un 36% y los costes laborales solo un 18%. Los grandes beneficiados con crisis o sin ella son los ricos a costa de las clases media y trabajadora, que han visto reducido su nivel de vida. Todo esta situación se ha visto favorecida por el Consenso de Bruselas y llevada a cabo por la Comisión Europea, encargada de que se cumpla el ”Pacto de Estabilidad”, responsable de la contención del gasto público (tope), y el Banco Central Europeo. Son los que han impuesto la desregularización de los mercados laborales (el dumping salarial) y del sistema financiero, son los responsables de la ”crisis”, de la reducción del gasto público y de los impuestos a los ricos.
La distancia entre los electores y las instituciones de la UE, además del déficit democrático evidente con la elección de su Presidente, se hacen más notorias . Con el Tratado de Lisboa la UE se transforma en un bloque económico, militar y político de carácter imperialista, que atenta contra los intereses de los trabajadores y los pueblos. La UE se compromete cada vez más en una Alianza Militar con EEUU y la OTAN, la carrera armamentista, el escudo antimisiles y se prepara para el ataque nuclear preventivo; apoya la política genocida de Israel contra Palestina y los planes de agresión contra África, Oriente Medio y Asia, poniendo en juego la paz mundial.
El descreimiento y la decepción generalizada se producen también porque no hay alternativas claras de sectores de centroizquierda, que están identificados con las políticas neoliberales.
Lo que se resuelve en la UE a través de su Parlamento y a espaldas de los pueblos, medidas que estos representantes no se atreverían a tomar en sus países, afecta gravemente el día a día de la ciudadanía europea. Medidas éstas que, cuando llegan a los estados miembros, son irrevocables porque se han decidido en Bruselas; medidas agresivas contra los derechos laborales y sindicales: propuesta de la jornada laboral de 65 horas, el derecho de huelga socavado, reduccción de la semana laboral y el salario y la nefasta ”Ley de la vergüenza” contra los inmigrantes.
Suecia, que ya está comprometida a través de la ISAF (Fuerza de Asistencia a la Seguridad Internacional) con la OTAN, no es ajena a este proceso y cada día nos vemos más afectados por todas estas medidas.
La radicalización de la “generación de los 600 y 1.000 euros“ -gente joven que ve su futuro en peligro- y una clase trabajadora que protesta a lo ancho y largo de Europa en defensa de sus derechos, abren nuevas perspectivas. La Confederación Europea de Sindicatos, a pesar de Wanja Wedin, se ha manifestado y exigido una Europa más social y que ponga en marcha un plan de defensa del empleo, mayor justicia social y seguridad laboral.
Aquí se discute muy poco acerca de lo que realmente significan estas elecciones. Se trata de votar el Parlamento de la UE, pero además de la profundización de un compromiso con la política militarista de EEUU y la OTAN, implica que vamos camino de entrar en la eurozona, y esto significaría un encarecimiento del costo de los productos esenciales.
Ante estas elecciones, las alternativas en Suecia no son muchas, dado que tampoco las hay dentro de los partidos, tanto de la Alianza como de la coalición roji-verde. No hay que dejarse engañar: NO quieren cambios profundos. No voy a hablar de la Alianza porque pienso que a estas alturas está más que vista cual es su posición.
Dentro de la coalición roji-verde, también está claro donde está la Socialdemocracia. El Partido de Izquierda, que si bien habla de defender los acuerdos que protegen el derecho de huelga, de los niños y sindicales, sigue comprometido en esta coalición y perdió la oportunidad histórica de perfilarse como una alternativa real. Este partido, en lugar de tomar posiciones claramente de izquierda, opuesto a toda esta política de privatizaciones y recortes, ha sido dirigido por Lars Olhy, para ser amable, hacia el centro-derecha. A no engañarse!!!
En Francia, donde han habido huelgas con la participación de miles de trabajadores, surge la Izquierda Anticapitalista, con el apoyo de los mineros y de Olivier Besancenot, dirigente del NPA, como rechazo a toda la política impuesta por la UE.
Estas protestas multitudinarias contra todo lo expresado anteriormente, se han dado en toda Europa y el NPA, recoge las exigencias y reivindicaciones de las mismas.
Estuvieron de visita en diferentes ciudades de Suecia y recogieron el apoyo de los trabajadores de las minas 4 y 12, con posibilidades concretas del apoyo de otros grupos de trabajadores, fuerzas de izquierda y movimientos sociales.
Toda la situación socio-laboral en este país tiende a agravarse. Es el momento de tomar una posición más definida y sin temor a los fantasmas de siempre, que nosotros bien conocemos: el miedo a la discusión ideológica y al término “comunista”, entre otros.
Pienso que Izquierda Anticapitalista (Arbetar Initiativet es su nombre en Suecia), es la mejor y más clara alternativa; la única que plantea el No a la OTAN y la defensa del salario y el trabajo digno. Es, en todo caso, la mejor alternativa para influir sobre las decisiones de las directivas de la UE.
El 7 de junio todos a votar; es una responsabilidad !!
Gloria

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